Los sábados por la mañana Porto Alegre se levanta con resaca.
Ella, siempre tan arrumadita tiene a esa hora temprana
un barullo de carros bagunceiros y un rumor verde de árboles.
Ella, se apaga la luz en sus cielos grises cuando llueve
y en los portales los mendigos miran con grandes ojos de luna,
y las aceras juegan ajedrez con tus zapatos cada detalle.
El río le corre como una vena fresca, jamás mutilada,
siempre tan verdiazul, de ese color de asfixia de la muerte.
Y sus caras como acertijos o malabares de colores,
como para devolver la mirada o hervirlas un poco a fuerza de ojos.
Porto Alegre de ventanas y cerrojos y flores ocasionales.
Porto Alegre, atravesar Redenção a las doce de la noche con una almohada
es como decir una huérfana o un marginal, como decir ficou.
Los gatos seducen tus tejados y la ropa pendura tus ventanas o,
eles malucos sentándosete en las esquinas a charlar la plática de su locura,
Todo llorado con tu perpetua lluvia es lo que tienes en tus ruas.
Y en tus calles esos edificios con nombres de mujer de vida.
Y eso que no ha llegado el domingo pra te falar, Vicentina.
Ella, siempre tan arrumadita tiene a esa hora temprana
un barullo de carros bagunceiros y un rumor verde de árboles.
Ella, se apaga la luz en sus cielos grises cuando llueve
y en los portales los mendigos miran con grandes ojos de luna,
y las aceras juegan ajedrez con tus zapatos cada detalle.
El río le corre como una vena fresca, jamás mutilada,
siempre tan verdiazul, de ese color de asfixia de la muerte.
Y sus caras como acertijos o malabares de colores,
como para devolver la mirada o hervirlas un poco a fuerza de ojos.
Porto Alegre de ventanas y cerrojos y flores ocasionales.
Porto Alegre, atravesar Redenção a las doce de la noche con una almohada
es como decir una huérfana o un marginal, como decir ficou.
Los gatos seducen tus tejados y la ropa pendura tus ventanas o,
eles malucos sentándosete en las esquinas a charlar la plática de su locura,
Todo llorado con tu perpetua lluvia es lo que tienes en tus ruas.
Y en tus calles esos edificios con nombres de mujer de vida.
Y eso que no ha llegado el domingo pra te falar, Vicentina.
2 comments:
Estuve viendo tu blog y parece que la diferencia de 30.000 dolares por capita entre tu antiguo pueblucho y tu nuevo pueblucho te han pegado duro .... acuerdate que te queremos mucho... no te desanimes .... :-)
Abrazos
animo amiga, que las cosas se pueden poner mejor. recalco el pueden, no tienen.
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