Tuesday, October 30, 2007
Circular
Cuidarla é foda, bueno para ejercitar la paciencia. Yo pego ela y la llevo para la rua, siempre de noche. A mi me gusta pasar por la Travessa dos Venezianos, a Medianoche le encanta la José Patrocinio afterhours. Ella es de pararse en Opinião a olisquear cada un cara que está fumando um mek. Esa Medianoche es un imán para la buena suerte.
Un día paseando con ella me encontré un purrón de cemento, de esos que ponen en las tumbas con flores artificiales, de esos en que Luz cultiva esas plantas llamadas Carasdecaballos. La maseta vacía después de yo haber tirado las flores pesaba libras o kilos, pero muchas. Dahí eu pegei ela y la subí por las cuatro escaleras hasta mi puerta y porpoco se me quiebra el porvenir. La bote en el balcón y aínda está vacía esperando que eu llene ela con una plantinha bien verdinha.
Wednesday, October 24, 2007
Los zapatitos
No me aprietan. Me quedan perfectos, rojos. Tienen un salto de três andares y siete pisos, para lanzarme taca abajo y quebrarme la rompe-cabeça. Son los zapatos de cumpleaños, mi nueva arma de seducción ahora que tengo um colchóón gigante em que puedo dar vuelta y vuelta como uma panquequa, um crêpe, um xis nojento. Sin entusiasmarme demasiado, que todavía no tengo cama, pero colchón es um paso hacia adelante com mis nuevos zapatitos rojos, uma señal inequívoca de sedentarismo. No hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar.
Y ese lar de segunda mano, OZ, colchón o matre, lecho de sábanas descombinadas, de lençóis emprestados, de sacos de dormir abiertos y almohadas de viajeros será la sede de mí. Grandes días lê esperan. Ya me lo decía Cristóbal que lo tengo tan bien merecido, que de la pela que lê voy a dar lê sacaré el jugo de alguna misteriosa fruta brasileira. Caju o guaraná, quién sabe. Dormir, leer, escribir, fumar, comer, transar, chingar y esse tipo de cosas. Em el colchón de noche y a deshora, como em el escritório.
He combinado com Ieu que dividirá conmigo el aniversario y la fiesta. Iré de zapatos rojos y alguna outra cosa (poca cosa) para celebrar los veintitres otoños pasados y esta primavera que desde los flamboyanes azules se despetala sobre la rua. Ieu habrá invitado a la novia de Igor, pero me faltarán mi querido Matos y me querido Tió que van de avión a alguna parte. Nada de protectores. Si me caigo de los tacos rojos y me mato, tendrán que adelantar el regreso para no perderse también el funeral. Que me velen com los saltos rojos puestos, por favor.
Monday, October 15, 2007
Medianoche
Medianoche se llama como mi sándwich favorito, ese que tiene pernil y queso suizo. Vive debajo de la pileta. Sale sólo para comer. No llora. No hace nada. Se queda ahí y tiembla.
Un impulso inexplicable me dió con redimir a Medianoche ese día que caminaba por la Lopo Gonçalves y la encontré debajo de un carro, apavorada. La experiencia me dijo que acababa de atravesar por algún episodio traumático y necesitaba ayuda. Tal vez la habían botado del trabajo. Quizás acababa de llegar a Porto Alegre.
Chuc, Biel y yo la hemos adoptado temporeramente, yo un poco más que Chuc o Biel, pero los tres concordamos que Medianoche necesita una familia fija, preferiblemente de este lado del río.
El resto del fin de semana transcurrió sin eventualidades. Me perdí a la novia de Igor en bikini por causa de la rubéola. Mejor dicho, el pináculo fue asistir al bienal, esa noche en que todos los museos están abiertos. Conocí a Öyvind Fahlström. Recorrí una buena parte del Buenos Aires Tour. Casi no puedo resistir el impulso de copiármelo, con cualquiera de los puertos que habito.
Wednesday, October 10, 2007
Portunhol
Ella, siempre tan arrumadita tiene a esa hora temprana
un barullo de carros bagunceiros y un rumor verde de árboles.
Ella, se apaga la luz en sus cielos grises cuando llueve
y en los portales los mendigos miran con grandes ojos de luna,
y las aceras juegan ajedrez con tus zapatos cada detalle.
El río le corre como una vena fresca, jamás mutilada,
siempre tan verdiazul, de ese color de asfixia de la muerte.
Y sus caras como acertijos o malabares de colores,
como para devolver la mirada o hervirlas un poco a fuerza de ojos.
Porto Alegre de ventanas y cerrojos y flores ocasionales.
Porto Alegre, atravesar Redenção a las doce de la noche con una almohada
es como decir una huérfana o un marginal, como decir ficou.
Los gatos seducen tus tejados y la ropa pendura tus ventanas o,
eles malucos sentándosete en las esquinas a charlar la plática de su locura,
Todo llorado con tu perpetua lluvia es lo que tienes en tus ruas.
Y en tus calles esos edificios con nombres de mujer de vida.
Y eso que no ha llegado el domingo pra te falar, Vicentina.
Mi propiedad o "tengo"
4 vasos
Papel de baño
Jabón de lavar la loza
Jabón de sargento
La almohadita colorá
4 tiestos, tres han sido sembrados
de albahaca, lavanda y otras florecitas
1 cajón de mangós, minus los mangós
2 maletas llenas de ropa, zapatos, maquillaje y accesorios
El niñito Jesús prieto y el rosario de mi abuela
1 quemador y tres cajitas de incienso aromas
ámbar, clavo y chocolate
Jabón, shampoo, pasta de dientes
Algunos libros en español, inglés y portugués
Unos lápices de colores
Un mechero
Un tarot
Unos malabares
Mi queridísima laptop
Una cámara digital
Un calling card
El destete (versión II)
Bah. Hoy fue el día de esmelanarse a llorar encima de Matos. Llorar por todo lo viejo y lo nuevo, por los mares y los celos y las cosas que acontecen, por la cúpula y los espejos, que son abominables, porque lo que me gano en mi trabajo no me da, porque no tengo cama. Además soy tan burra que falté al trabajo, pero les juro que el jefe no me había dicho lunes y miércoles. Me había sólo dicho miércoles. Pero yo debí suponerlo, estudié en la UPR. Tal vez pronto no tenga ni ese trabajo que paga tan malo pero que tanto necesito.
Le lloré como no lloraba hace mucho, le lloví como un gigantesco nubarron. Y él me consoló y yo lloré. Yo yo lloré más. Y no paraba de llorar y él de consolar. Y entonces agarré la almohada (suya) sniff, sniff y me propuse atravesar Redenção hasta mi casa, como un [vaga]bond.
El camino a casa es largo y está empedrado de miserias, de motivos para la lluvia. He visto la luna en los ojos de los mendigos cuando me miran, que es casi nunca. Yo siempre los miro a ellos para que no se me olvide que existen. Y siempre recuerdo que hoy ya me he comido mi lata de atún, que están secos los calcetines en mis zapatos y que más tarde dormiré en una cama, aunque no sea mía.
La casa está habitada como me dijo Tió, como yo le dije a Tió que él estaba. Quien antes se llamaba Ochún, ahora no tiene nombre, pero se pasea en el pasillo, yendo del cuarto de Biel al mío. No me simpatiza, diría el Chavo, y lo peor de todo es que nadie acredita en su presencia. Un sujeto que se agrada en batir en las puertas! Bah.
Hoy perfila para noche sin sueño, para pesadillas o muertos que me jalen por las patas.
Wednesday, October 3, 2007
To be or not to be
Mi nuevo jefe dice:
- Estaba loco por contratar una mujer,
ya no quiero más GAYS aquí.
- Tu sabes como son los GAYS.
- Yo llamo la sala de los profesores el sauna GAY.
- Esa calle siempre está llena de GAYS.
- Ya verás que cerca de tu casa está lleno de barras GAY.
- Y tus roomates, ¿son GAY?
- Dices “how sweet” sólo si eres GAY.
- Y Londres está lleno de GAYS.
- Y tú sabes, el tipo es GAY.
Ana Sal responde:
- No sé si te mencioné que YO soy GAY.
Recopilación del material en aproximadamente cinco horas. Traducción literal del portugués.
Tuesday, October 2, 2007
El apartamento
Me encuentro quietecita y concentrada comiendo una pizza después de fumar, todavía en casa de Matos. Es la after pizza, porque en verdad, ya nos habíamos comido la pizza casi entera. Es que me dieron los munchies.
Matos es perfecta compañía, un hallazgo raro, un lujo, un personaje en mi historia. Es Matos, el que mide seis con tres o Matos, el que tiene un alma viajera como la mía. Y claro, Matos, el que no hace preguntas, el que se va para Australia tres meses después de haber recogido los escombros de mi aterrizaje forzoso. A veces somos una escena, como cuando salta sobre mi cabeza igual a un gato. Es la celadora de su puerta mi almohada.
De repente, hoy me da miedo pensar que estoy sola y se me ocurre la loca idea de tatuarme debajo del dedo de cada pie, del derecho en rojo, del izquierdo en azul, respectivamente: corageusa y obrigada. Por aquello de las energías activas y receptivas. Y me propongo celebrarlo si llego al año. Y me propongo comprarme una cama si llego al mes. Y ya hoy conseguí trabajo. Y así sucesivamente...
Mi apartamento nuevo, en el que abandonaré a Matos, no tendrá mares (ni celos), pero tendrá un hermoso balcón que plantare de geranios, sábilas y hamacas. Está lleno de proyectos, como un taller de escultura, clases de yoga y un jevo que despierte allí los domingos. Pero sólo lo domingos.
El camino de la casa de Matos a la mía, será el brique de Redenção, mi fiesta de los domingos, y pienso transitarlo chimarrão en mano para sentarme a mirar los malabares sobre la grama caliente o a escuchar las guitarras. Estará Matos, estará Chuc, estará Biel, estará la novia de Igor. Sólo faltarán los mares (y los celos) para evitar incomodidades. Y sólo sentiré saudades de Tió si es que gana el Inter, sino ni su ausencia consigo notar, aunque es mentira.
Quisiera agradecer a mi abuela y a Ángela, a la Virgen del Perpetuo Socorro, a Charlie Rodríguez, a Yemayá, a Nuestra Señora de la Candelaria y al Divino Niño Negro, a Matos, a Tió, a todos los rosarios rezados, a todas las velas prendidas, a todos los pensamientos pensados; a todas la señales de humo que han cruzado el Atlántico. Keep it coming.