Friday, March 7, 2008

Me leo, y me desconozco con esa calma gostosa con la que me narro, como si navegara. Ahora no me leo por que veo solo grises y soy incapaz de ver el blanco o el negro. Las letras se me pierden, se me convierten en nubarrones y llueven. Y el cielo esta encacaranublado. Pienso si valdrá la pena; si habrá o no maderas, flores y palabritas dentro de poco.

A veces pienso que sí, que la cama tiene hasta dosel. Y entonces todas las estrellas son buenas y todos los números son siete. Veo unidades, pares, y decenas y centenas de cositas, de cualquier cosita, como semillas de girasol, por ejemplo. Veo el piano de Ricardo que siempre amé en secreto. (Quien siempre amé en secreto fue el piano.) Veo que se está casando una bruja un día de lluvia con sol. Escucho al amolador de tijeras.

Pero cuando pienso que no, me invaden las termitas que se comen poco a poco las gavetas y van cavando agujeros y túneles, las medias se me ahorcan en el cordel y las alcantarillas lloran lágrimas que huelen a mierda. Y el precio del ómnibus ha subido, más una vez.

1 comment:

Horacio Gris said...

Llegué a tu blog a través de "poetas das 3 fronteiras". Allí leí "Whatever happened to love" y quería decirte que me gustó. Me gusta esa reflexión sin pararse en un lugar de saber, muy sentida.
No sé por qué no puedo escribir en el libro de mensajes de ese blog, debe haber algo mal configurado o capaz que es la compu de mi laburo que es una garcha. En fin, no sé.

saludos